La madrileña Plaza de España es una de las más importantes plazas en la capital, ya que en ella confluyen varias arterias del centro de la ciudad, como la Gran Vía, la calle Princesa y la Cuesta de San Vicente.
La plaza data de principios del siglo XX, como verdadero referente del ensanche de las calles que por esos años tenía lugar en Madrid. Y en la actualidad es un amplio espacio de casi 40.000 metros cuadrados en el que se pueden observar varios exponentes de la arquitectura moderna de la ciudad.
Entre todo el conjunto edificado destaca la Torre Madrid con sus 142 metros de altura. Cuando se construyó en 1957 fue el edificio más alto de España, así como el mayor construido en hormigón del mundo en su época. Evidentemente, hoy ya no posee semejantes galardones, pero es un buen exponente histórico y artístico del desarrollo que estaba dándose en aquellos años en el país.
El segundo edificio de interés de la plaza es el Edificio España, que alcanza los 117 metros de altura y es muy identificable por su silueta escalonada que distribuye sus 25 plantas en cuatro anchuras. Su construcción se realizó poco antes que la Torre Madrid, y entre ambas formaron la pareja de rascacielos más emblemática de la arquitectura hispana.
Más antiguo es otro de los edificios de Plaza España. Se trata de la Casa Gallardo que se sitúa en una de las esquinas de la plaza. Esta construcción es una de las escasas muestras de la arquitectura modernista en Madrid. Y en la esquina opuesta se levanta el inmueble de la Real Compañía Asturiana de Minas, que se levantó entre los años 1891 y 1899.
No obstante, la imagen característica de Plaza de España es la escultura de su espacio central. Se trata de las figuras de Don Quijote y Sancho, rodeadas de jardines, y que fueron el homenaje que hizo la ciudad en 1915, con motivo del tercer centenario de la publicación íntegra de la obra de Miguel de Cervantes.